sábado, 8 de julio de 2017

El hombre en el castillo - Philip K. Dick


Sinopsis, El hombre en el castillo:
Seguramente alguna vez te has preguntado: ¿qué hubiera pasado si...?, en esta novela se explora esta pregunta bajo la posibilidad de que las Potencias del Eje hubieran vencido la Segunda Guerra Mundial, colocando a la Alemania nazi y a el Gran Imperio de Japón como los líderes que se han repartido entre si el mundo. La novela nos permitirá explorar la costa que los japoneses ocupan de lo que una vez fue Estados Unidos, ahora totalmente desmantelado y adaptado a las características culturales del vencedor.


Sobre el autor:
Philip K. Dick nació en Estados Unidos en 1982. Sus obras son muy reconocidas especialmente en el género de ciencia ficción, fue ganador de un premio Hugo por la presente novela y muchos de sus títulos son clásicos del género como: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), Una mirada a la oscuridad (1977), Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (1974), entre otras. Muere en su país natal en 1982.

Género literario, ucronía:
Uno de los aspectos positivos de esta novela es la inmersión en este genero literario que se caracteriza por presentar y desarrollar una alternativa a nuestro presente, dicho en otras palabras, es como si cambiáramos un echo significativo del pasado y reflexionáramos sobre cuales serían las consecuencias del mismo. La novela es un ejercicio de reflexión y especulación, partiendo de un suceso mundialmente trascendente como el final de la Segunda Guerra Mundial para invertirlo y darle una ojeada a la macabra posibilidad de que la Alemania Nazi sea la potencia mundial más dominante.

El Eje como vencedor:
Creo que este punto es por lejos el más atractivo de la premisa inicial, estamos constantemente bombardeados por documentales sobre el nazismo, por videojuegos en donde vencemos a los nazis, donde vuelven como zombis para ser vencidos nuevamente, por noticias de algún loco radical que en nombre de Hitler comete algún acto de violencia, etc. Pero lejos  de aterrorizarnos los nazis se han vuelto un reprobable modelo que logra seducir de algún modo, es decir, se desaprueba todo lo que significan sin embargo el nazismo vende, y el gran uso de su imagen en todos los elementos de consumo audiovisual antes nombrados es una prueba de ello. Así que como lectora me introduje en este libro con expectativa, me esperaba un mundo descarnado y personajes viles, pero todo en clave épica, no hubo nada de esto.

Para empezar ni siquiera pisamos, por medio de nuestros personajes, la parte nazi del mundo todo lo que conoceremos de esta será a través de testimonios, noticieros o recuerdos, mientras estamos cómodamente instalados en la parte Japonesa de lo que alguna vez fue la costa occidental de Estados Unidos. En segundo lugar los pocos nazis que vemos son soldados de baja importancia que se limitan a seguir ordenes a lo lejos, lo cual establece una distancia enorme con los juegos de poder que pudieran estar sucediendo en el seno del Imperio Alemán. En tercer y último lugar no sucede nada trascendente, todo se desenvuelve a un nivel casi subterráneo solo un puñado de personas saben que se están gestando sucesos de dimensión internacional, lo cual provoca que la trama se sienta diminuta.

"Los dos camioneros volvieron lentamente a sus taburetes. El más viejo farfulló: -Siempre me olvido que aquí son todos un poco amarillos. -Los japonenses no mataron judíos - dijo Charley- ni en la guerra ni después. Los japoneses no construyeron hornos. -Qué lastima -dijo el camionero más viejo, y tomando un sorbo de café volvió a su comida."

El uso del oráculo, I ching:
Este recurso llegó a hartarme a la mitad de la novela. Nuestros personajes ante situaciones cruciales deciden consultar este oráculo para tomar decisiones, para intentar conocer el futuro antes de que suceda. Investigando resulta que el propio Philip K. Dick utilizó este método para escribir tramos del libro, así como el personaje creado por él: Abdensen personaje que en la novela escribe un libro titulado "La langosta se ha posado" en el cual narra una ucronía en la que Alemania pierde la Segunda Guerra Mundial, este hombre al escribir un libro tan peligroso y repudiado debe recluirse en una gran instalación ganándose de esta manera el apodo de: "El hombre en el castillo".
La mayoría de las consultas realizadas son respondidas oportunamente, volviendo al oráculo un personaje más, que tiene la capacidad de tener conocimientos elevados, esto en mi opinión le quitó cierto realismo a la trama.

"Se preguntó si serviría de algo consultar ahora el oráculo. El libro podía protegerlos, advertirles, aconsejarles. Todavía temblando sacó los cuarenta y nueve tallos de milenrama. Toda la situación era confusa y anómala, decidió. Ninguna inteligencia humana podría descifrar el enigma; tenía que recurrir a una mente de cinco mil años de antigüedad, no había alternativa."

El valor de la historia:
Los personajes japoneses tienen un gran fetiche por cualquier objeto que sea propio de la cultura estadounidense de la pre guerra, hasta un reloj de Micky Mouse es un objeto altamente valorado, considerado incluso como una reliquia. En contraposición cualquier objeto creado por un estadounidense en la actualidad es considerado poco más que una baratija. Esto provoca la reflexión de manera explicita  sobre el valor de la historia: ¿cómo calcular el valor histórico?, ¿qué le da valor a un objeto realmente?, ¿es más valiosa la historia que el presente?.

"-Bueno, te explicaré -dijo Wyndam-Matson- Todo este condenado asunto de la historicidad es un disparate. Estos japoneses no se dan cuenta. Te lo probaré. -Se incorporó, corrió al estudio y volvió enseguida con dos encendedores que dejó en la mesita de café-. Míralos bien. Parecen iguales, ¿no es cierto? Bueno, uno es histórico, el otro no. -Sonrió mostrando los dientes-. Tómalos. Adelante. Uno vale... cuarenta o cincuenta mil dolares en el mercado de coleccionistas. La muchacha tomó lentamente los dos encendedores y los examinó. -¿No la sientes?- bromeó Wyndam-Matson- ¿La historicidad?-"

Finalizando:
Esta novela no fue de mi agrado, creo que es una muy buena premisa mal abordada. 
El mundo creado es insustancial, difícil de imaginar, se siente incompleto. Por ejemplo, los nazis supuestamente orbitan en el sistema solar con naves, realizan viajes intercontinentales en minutos gracias a su avance tecnológico, sin embargo no se ponen de acuerdo entre ellos para conspirar y apoderarse del control mundial teniendo como único enemigo a Japón rezagado además tecnológicamente. El no conocer la oscura trama de poder que seguramente debería a travesar la política Alemana y tampoco hay personajes de peso que representen ese bando. Alemania es un fantasma temido pero inoperante en toda la narración.
Los personajes no son entrañables, el único que se acerque a esta consideración en mi opinión sería Tagomi pero por razones indirectas de la novela, por su crisis existencial al haber matado, por como se plantea a través de él una reflexión sobre el karma. Todo esto le sucede al margen y sin afectar los sucesos de orden internacional en los que se podría ver implicado. El personaje de Juliana, por otro lado, lo detesté, me pareció una mujer irreal, una loca, una histérica, con un cierto toque de sabiduría final que es inexplicable.
Espero leer alguna otra novela de este autor, ya que me ha dejado un sabor muy amargo esta obra.



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