SINOPSIS, Yo, robot:
"A través de una serie de historias conectadas entre sí por el personaje de la robopsicóloga Susan Calvin, en la que aparecen todo tipo de máquinas inteligentes -robots que leen el pensamiento, robots que se vuelven locos, robots con sentido del humor o robots políticos., Asimov inventa unos robots cada vez más perfectos, que llegan a convertirse en un desafío para sus creadores."
SOBRE EL AUTOR:
Nacido en 1920 en Rusia, se desempeñó como profesor de bioquímica en la universidad de medicina de Boston, además de ser escritor de ciencia ficción y divulgación científica. Como escritor se destacó al punto de ser considerado uno de los "tres más grandes" escritores de la Ciencia ficción, junto a Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke.
Su obra más reconocida es la saga de la Fundación (o Ciclo de Trantor). Fue premiado a lo largo de sus carrera con el premio Hugo, Nébula, James T. Grady. Incluso un asterioide y un cráter en Marte fueron llamados "Asimov" en su honor.
Fallece en EE.UU en 1992.
LA ROBÓTICA Y LA ENCRUCIJADA
Dentro del género de la Ciencia ficción (o ficción científica) uno de los tópicos o sub géneros que más me gustan son aquellos en donde se especula con el desarrollo de la robótica, tanto desde una perspectiva optimista o negativa, los robots llegan para quedarse y cambian nuestro mundo; nos cambian a nosotros ya que podrían tener injerencia en un aspecto muy sensible: el social.
Como creaciones nacidas gracias a nuestro avance tecnológico algunos los considerarán seres inferiores, sin embargo son altamente eficientes al punto de poder superar nuestras limitaciones. Los programamos para servirnos, pero si son capaces de crear una personalidad propia y querer disidir de nuestros intereses (inteligencia artificial) podrían darse vueltas las tornas y ser nuestros amos. Con aspecto rústico y metálico son fácilmente reconocibles, pero si llegáramos al punto que tengan piel y voz, sumado a una conciencia (androide): ¿hemos creado otra vida con un valor intrínseco?
Asimov juega todas las cartas posibles partiendo de estas problemáticas: los robots existen, algunos se parece a nosotros al punto de pasar inadvertidos y tienen personalidades; pero a pesar de todo no pueden escapar a 3 leyes que hemos impuesto.
"Las tres leyes de la Robótica
1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se oponen a la primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda Leyes.
Manual de Robótica, 56.ª edición, año 2058."
LA MENTE, EL CAMPO DESCONOCIDO
Una creación con esas características tiene su primer obstáculo, en la actualidad, en la capacidad que tenemos para crear inteligencias artificiales, Asimov parte de la base que ya son posibles los "cerebros positrónicos". Lo interesante de este artefacto es que si bien es creable se pueden dar todo tipo de variaciones que darán lugar a que cada androide tenga una personalidad identificable e individual, la cual no puede ser previamente definida. Es así que se crea una rama de la ciencia llamada "robopsicología" que se encarga de estudiar los procesos mentales de los seres artificiales, nuestra gran referente y protagonista es Susan Collin, quien se destaca en este ámbito y nos narrará sus vivencias intentando entender las máquinas que la U. S. Robots ha creado.
"-Entonces, no puede recordar los tiempos en que no había robots. La humanidad tenía que enfrentarse con el universo sola, sin amigos. Ahora tiene seres que la ayudan; seres más fuertes que ella, más útiles, más fieles, y de una devoción absoluta. ¿Ha pensado usted en ello bajo ese concepto?
-Me temo que no. ¿Puedo citar sus palabras?
-Si. Para usted, un robot es un robot. Mecánica y metal; electricidad y positrones. ¡Mente y hierro! ¡Obra del hombre! Si es necesario, destruida por el hombre. Pero no ha trabajado usted en ellos, de manera que no los conoce. Son más limpios, más educados que nosotros."
APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS
Si usurpamos las categorías que propone Umberto Eco (Apocalípticos e integrados, 1964), para analizar la cultura popular y los mass media, pero aplicándola a la Robótica rápidamente podemos situar a Susan Calvin como una integrada, el fragmento anterior lo deja explicito. Para ella hemos logrado una creación que nos supera ampliamente.
Pero claro, el rol de los robots en el mundo tiene consecuencias, ellos van a sustituir al hombre, hoy en día ya están presentes en toda gran fábrica, ya los tenemos en los cajeros automáticos de los supermercados, en los dispensadores de los bancos. Cada vez que se crea un robot capaz de sustituir el trabajo de un ser humano desaparecen muchos empleos y con ello baja el nivel de vida de miles de personas, que cada vez deben optar por formaciones más específicas y con valor añadido para no ser sustituidas. De hecho ya hay robots creando otros robots. Por supuesto esto despierta a los apocalípticos que se oponen al avance de la robótica o, que ante la imposibilidad de negar esto, quieren restringirlos a determinados usos y aplicaciones. Las objeciones sociales no son las únicas presentes, no pueden faltar los religiosos que ven como pecado este coqueto parecido con la creación divina, si bien es cierto que Asimov no lidia mucho con los "radicales fundamentalistas" en este libro, son un eco que condiciona los términos del desarrollo, pero no se asoman mucho a la narración.
"-Fíjate en ti -dijo finalmente-. No lo digo con espíritu de desprecio, pero fíjate bien. El material con el que estás hecho es blando y flojo, carece de resistencia, y su energía depende de la oxidación ineficiente de material orgánico... como -añadió señalando con un gesto de reprobación los restos del sándwich de Donovan-. Entráis periódicamente en coma, y la menor variación de temperatura, presión atmosférica, la humedad o la intensidad de la radiación afecta vuestra eficiencia. Sois alterables.
Yo, por el contrario, soy un producto acabado. Absorbo energía eléctrica directamente y la utilizo con casi un ciento por ciento de eficiencia. Estoy compuesto de fuerte metal, permanezco consciente todo el tiempo y puedo soportar fácilmente los más extremados cambios ambientales. Estos son hechos que, partiendo de la irrefutable proposición de que ningún ser puede crear un ser más perfecto que él, reduce vuestra tonta teoría a la nada."
HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA
El protagonismo indiscutible del libro lo tienen las 3 leyes mencionadas anteriormente al igual que los robots que ejemplifican las variantes que pueden surgir: desde un robot que queda "trabado" ante una orden que pone en conflicto la primera y segunda ley, robots que se vuelven locos o con ambiciones políticas. Quizás la historia que me resultó más interesante es en donde se imprimen leyes modificadas en el cerebro positrónico del robot, con la primera ley incompleta y en el gran impacto que esto puede generar en su conducta.
Me gustaría señalar que esta elección de Asimov de estructurar la novela con una conversación que se realiza en el presente del libro, y que va hilando anécdotas contadas en primera persona por los que intervinieron en ellas, historias dentro de una historia, me pareció totalmente acertada. Hay una forma muy didáctica de exponer todo, como si cada una fuera un campo de pruebas, creando situaciones controladas pero posibles. Creo que eso hace que el libro se impregne de este aire científico (sobre todo para los que conocemos poco del ámbito jaja)
"-Porque, si se detiene usted a estudiarlas, verá que las tres Leyes de la Robótica no son más que los principios esenciales de una gran cantidad de sistemas éticos del mundo. Todo ser humano se supone dotado de un instinto de conservación. Es la tercera Leyde la Robótica. Todo ser humano bueno, con conciencia social y sentido de la responsabilidad, debería someterse a la autoridad constituida; obedecer a su doctor, a su Gobierno, a si psiquiatra, a su compañero; aunque sean un obstáculo a su comodidad. Es la segunda Ley de la Robótica . Todo ser humano bueno, debe, además, amar a su prójimo como a sí mismo, arriesgar su vida para salvar a los demás. Esta es la primer Ley de la Robótica. Para exponerlo claramente, si Byerley observa todas estas reglas, puede ser un robot, pero puede también ser simplemente una buena persona."
FINALIZANDO
Me ha encantando, tiene todo lo necesario para ser una lectura excelente: buenos personajes, un ritmo muy balanceado, en capítulos cortos, una temática extremadamente interesante y cierto rigor en lograr transmitir una visión específica sobre lo que se aborda. Un clásico indiscutido que me he demorado mucho en conocer.
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