sábado, 6 de octubre de 2018

Reflexión: La zona de confort y la diversidad literaria













El pasado 21/9 completé una parte de mis propósitos literarios para este 2018, ya leí 30 libros y me quedan 3 meses para seguir abultando mi cuenta personal. Comparativamente al año anterior, en donde también logré completar mi reto de 30 lecturas anuales, esta vez estoy mucho más holgada de tiempo lo cual me ha dado pie para ponerme a reflexionar sobre este pequeño logro.

Primero que nada el número en si no significa nada, es una mera elección para orientarme, más para saber si estoy de vaga para leer que porque considere esa cifra importante o representativa de algún logro elevado o complejo. Lo cual me lleva al segundo punto, es inevitable concluir que lo importante es la calidad por sobre la cantidad, echando mano al saber popular quien mucho abarca poco aprieta. Ahora bien, si la calidad es lo importante ¿cómo medirla?. Desde mi perspectiva personal, la calidad pasa por la diversidad de lecturas, cuando marqué mis Propósitos de lectura 2018 me aseguré de que el número no fuera lo único a alcanzar, también contemplaba la diversidad en cuanto a que hubiera representación femenina leyendo más de seis autoras; representación internacional no occidental leyendo al menos cuatro libros con estas características; representación nacional leyendo al menos cuatro autores; y por último, representación de literatura moderna para no leer tantos clásicos.

La zona de confort no tiene, por supuesto, que ser necesariamente una mala palabra. Necesitamos una base para sentirnos seguros pero exponernos a nuevas experiencias es a la larga muy enriquecedor, por eso me preocupaba puntualmente tener un año que acumulara muchas lecturas pero fueran de lo mismo. Tengo una clara tendencia a ciertos géneros, la fantasía, la ciencia ficción o el ensayo, sin embargo incluso dentro de estos géneros hay propuestas más arriesgadas que los que se van imponiendo como clásicos o altos referentes, a veces cuesta salir a la búsqueda de esos libros o autores porque estamos "bombardeados por lo popular", que también aclaro que no es malo, simplemente no es representativo de todas las realidades que podemos encontrar. Para esclarecer este punto me gustaría poner como ejemplo a Chimamanda, cuando leí la "Flor Púrpura" o "Americanah " puso en mi mapa mental a Nigeria, a la comunidad afro y sus problemáticas. No es que las desconociera, pero si me ayudó a empatizar y ponerle una voz, me sensibilizó de una manera que a veces los noticieros o wikipedia no puede. Lo mismo me sucedió con Svetlana Alexievich y sus librasos. Cuántos documentales he visto de Chernobil, tema que siempre me ha atraído, pero nunca había logrado entender lo que eso significaba para la vivencia humana, lo que eso representaba en la vida de una persona, el precio que pagaba la humanidad allí. Lo mismo con "La guerra no tiene rostro de mujer", vivencias que se han pasado por alto por completo. Si desde esta perspectiva observo la comunidad literaria me puedo preocupar un poco, es una critica habitual de muchos, como se leen los mismos libros, casi que al mismo tiempo y generando opiniones muy homogéneas. Encontrar cuentas de booktube o bookstagram que recomienden otros libros que no sean de Stephen King o la saga de Harry Potter a veces es complicado, nos termina empobreciendo un poco a todos.

Centrándome en mis propios propósitos voy a hacer una breve síntesis para ver en que puntos estoy fallando ya que aún tengo tiempo para equilibrar mis cuentas:


VISIBILIDAD FEMENINA:
Hasta el momento he leído diez autoras: Chimamanda Ngozi Adichie, Virginia Woolf, Caitlin Moran, Svetlana Alexiévich, Anne Rice, Nuria Varela, Charlotte Perkins Gilman, Mariana Enriquez, Margarett Atwood y bell hooks. Hay que decir que la iniciativa #Pongámonoslasgafasvioletas me ha ayudado a conocer muchas autoras. 



LECTURAS NO OCCIDENTALES:
Aquí la cosa va un poco floja. Primero que nada repetí las autoras no occidentales que leí el año pasado: Svetlana Alexiévich y Chimamanda Ngozi Adichie. Y encima el año pasado fueron tres lecturas de autores no occidentales, me faltaría, por lo menos para empatar, una lectura más.



LECTURAS NACIONALES:
El año pasado leí la cantidad de cuatro autores nacionales. ¡Este año de momento solamente uno! Martín Lasalt, "La entrada al paraíso". Espero poder corregir esto urgentemente.



LECTURAS CONTEMPORÁNEAS:
La meta era leer algo que no se hubiera escrito hace más de 6 o 7 años, entendiendo que esto significaría leer algo escrito desde 2011 en adelante, tengo en mi haber siete lecturas, lo que supone un gran avance a lo logrado el año anterior que consistió básicamente en un solo libro. Dentro de los siete contabilizo: Americanah (2013), Todos deberíamos ser feministas (2014) y Dear Ijeawele (2017) de Chimamanda; Cómo ser mujer (2011) de Caitlin Moran; El arte en la historia (2015) de Martin Kemps; El temor de un hombre sabio (2011) De P. Rothfuss y Este es el mar (2017) de Mariana Enriquez.



Si quieren saber que libros voy leyendo en total les dejo mi Reading Challenge de Good Reads

Y ustedes, ¿Cómo van con sus propósitos de lectura 2018? 
¿Se fijaron solo un número o alguna otra meta?

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