martes, 10 de enero de 2017

La reina de los condenados - Anne Rice



Sinopsis, La reina de los condenados:
Es la tercera entrega de la saga: Crónicas Vampíricas, en ella se retoman los eventos sucedidos en “Lestat el vampiro”, novela predecesora, en el correr del año 1984. Nuestro protagonista ha desencadenado el despertar de la madre primigenia: Akasha, el reencuentro forzoso de varios vampiros que hemos conocido a lo largo de los libros anteriores, incorporando además la profecía de dos gemelas hechiceras, una misteriosa organización de investigación paranormal y la primera generación de inmortales que por fin se da a conocer.


Sobre la autora:
Anne Rice nace en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos en 1941.
Estudió en la Universidad Estatal de San Francisco donde se graduó en Filosofía y Letras, en la especialidad de Ciencias Políticas y Escritura Creativa.
Su carrera como escritora publicada comienza en 1965 pero no es hasta 1976 que obtiene el éxito, el reconocimiento y la atención del mundo literario al publicar Entrevista con el vampiro, su primera novela de lo que ahora ya es una de las sagas más famosas de todos los tiempos: Las crónicas vampíricas. Sin embargo esta novela se encontraba escrita desde 1973 y fue la poca confianza de la autora debido a problemas personales, entre ellos la pérdida de su primera hija a causa de leucemia, y el alcoholismo en el que se vio arrastrada posteriormente, lo que determinaron que dicha novela no viese la luz hasta 3 años después. Tras su publicación se convirtió en un éxito así como los posteriores títulos vinculados a la misma produciendo incluso una película.

Personajes everywhere:
Cuando realicé el análisis del primer libro lo comencé por los personajes, soy nueva en esto de sentarme a redactar un análisis, reconstruir la historia y tratar de ver en profundidad su trama, por lo cual me pareció un buen punto de partida. Esta tarea ahora se vuelve titánica, de dimensiones estratosféricas, me llevaría mucho más tiempo y esfuerzo del que soy capaz explicar lo majestuoso de las construcciones que veremos en esta novela. Anne Rice se ha lucido y demuestra con mucha soltura el poderío que tiene para construir personalidades creíbles, siempre con un poco de romanticismo característico de su prosa, pero absolutamente convincentes, interesantes. La construcción de los personajes, sus vínculos e interacción es muy buena, y se queda con un lugar destacado de esta narración. Nuevamente ellos son vehículos excelentes para representar y comunicar profundas cuestiones existenciales y filosóficas. Además si bien es Lestat el que reúne las narraciones, la historia se va armando desde el punto de vista de cada personaje que nos muestra su visión particular de los hechos hasta el esperado final en donde todo se reúne. Esto nos permite acercamientos a personajes, incluso desconocidos hasta el momento, muy enriquecedores para este universo vampírico. Si debo destacar algunos, cuestión harto complicada, me quedaría con Akasha, Armand y Marius. Estos dos últimos por la relación entre ambos y para con los demás, tanto Armand con Daniel, como Marius con Pandora. Akasha se gana un lugar en mi corazón por las profundas convicciones que mueven su accionar y como estás son contrapuestas con las convicciones de los demás personajes.

Estúpida y sensual fama:
Uno de los primeros trasfondos que se hacen patente en esta novela es la fama, el reconocimiento en oposición al anonimato. Esa temática mucho más vigente hoy que al momento de publicación de la novela, en donde todos buscan sus 15min de brillo, incluso hay pequeños famosos gracias a las redes sociales o youtube. Lestat viene a encarnar este anhelo al no soportar pasar desapercibido para el mundo.

¡Pero es tan doloroso retirarse de nuevo a las sombras!... Lestat, el impecable e indomable gángster chupador de sangre, de nuevo al acecho de indefensos mortales que no saben nada de los seres como yo. !Es tan hiriente ser de nuevo el intruso, siempre al margen, luchando contra el bien y el mal en el antiquísimo infierno particular del cuerpo y el alma.”

Los rostros de la divinidad:
Por supuesto está presente una vez más la problemática de lo divino, sin embargo en esta novela se accede de otra manera, ya no como en Entrevista con el vampiro en donde nuestro protagonista se arrastra por la duda, desde el descreimiento a la decepción de saberse solo. Aquí se sabe que ese lugar, dado a las deidades en todo el mundo, está vacante y puede ser ocupado por cualquiera con la suficiente inteligencia para engañar a la masa de personas desesperadas por la pobreza, por la enfermedad y la desesperanza.

Primero vemos a Lestat ocupar el lugar de ídolo moderno, siendo alabado, amado y victoreado por el público que ha asistido a su espectáculo, que ha comprado sus libros, sus discos, que lo venera como un dios moderno que no impone leyes más allá del disfrute, un Dionisio actual.
Luego conocemos a Azim, el perverso dios borracho de codicia, que engañaba a sus débiles fieles para entregar su vida, para ser un sacrificio en nombre de la sagrada gula. El dios devorador, implacable y mezquino. El que no da nada a cambio.
De alguna manera me ha parecido que la relación de Armand y Daniel también esconde una representación sobre la divinidad, mucho más romántica y en el opuesto total a Azim, Armand el dios bueno, hermoso, que le daba a Daniel todo, incluso una isla entera para hacerlo vivir en el lujo desenfrenado de poseer cuanto quisiera, convirtiéndolo en su amante, en el poseedor del pequeño secreto entre ambos.
Las hechiceras también son otra versión de la divinidad, no como personificación sino como comunicadoras entre los dioses y los humanos. Son benefactoras, sienten empatía por las necesidades humanas y guían a los dioses para atenderlas, como en el caso de la lluvia cuando las temporadas de sequía. Son ellas las que tienen el conocimiento, el acceso a los dioses, y que además, saben lo imperfectos y limitados que estos son.
Y por supuesto Akasha, que ya era venerada como una diosa en la tierra incluso antes de convertirse en vampiro, en una verdadera super natural. Se presenta con todo el egoísmo que pueda poseer alguien a quien, por su posición, jamás se le ha negado ni contradicho en ningún sentido, quien no ha podido contrastar con honestidad sus opiniones con los demás, el egoísmo típico de alguien que no conoce límites y ve a todos como de su propiedad. En ella se reúnen ingredientes que históricamente han devenido en terribles guerras, tiene el perfil de una líder dictatorial: ha decidido que su pueblo serán los desposeídos, fáciles de manipular y sin nada que perder, dirigirá su odio hacia el género masculino y ellos encarnaran al culpable de la debacle del mundo, la heroicidad será de la mujer que no los necesita y ha vivido subyugada. Y en nombre de la pobreza y de la guerra, hará que estalle la violencia y se maten unos a otros para instaurar un mundo verdaderamente justo, un mundo desde cero en el que ella tendrá las respuestas y será la diosa en la tierra una vez más. La propuesta de Akasha está inspirada en la mitología de las Amazonas que plantearon los griegos (hoy la podemos tildar de feminazi jaja)

La imperfecta modernidad:
Estas versiones de la divinidad, vigentes hoy a lo largo y ancho de nuestro mundo, se contrastan con la modernidad que es reconocida por nuestros personajes que detectan como los adelantos tecnológicos han sido acompañados por adelantos en el pensamiento, en revoluciones que han posibilitado que la vida humana tengo hoy mucho más valor del que tuvo antiguamente. Sin embargo debemos reconocer que pese a todos sus avances, aún así las palabras de Akasha nos duelen por saberlas ciertas, implacables, por no tener respuestas fáciles a ellas:

“¿Quieres que te recite los nombres como un poema?-interrogó-. Calcuta, si lo deseas, o Etipia; o las calles de Bombay; esas pobres almas podría ser campesinos de Sri Lanka; o de Pakistan; o de Nicaragua o de El Salvador. No importa lo que es; lo que importa es cuánto hay; lo que importa es que, por todas partes, alrededor de los oasis de vuestras rutilantes ciudades occidentales, existe; ¡es tres cuartas partes del mundo! Abre los oídos, querido; escucha sus plegarias; escucha el silencio de los que han aprendido a rezar para nada. Porque nada ha sido siempre su parte, sea cual sea el nombre de su nación, de su ciudad, de su tribu.”

A esto responde Maharet:

(...) ¿No te das cuenta? No es el hombre el enemigo de la especie humana. Es lo irracional; es lo espiritual cuando está divorciado de lo material, cuando está divorciado de la realidad de un corazón palpitante o de una vena sangrante. (...) Desearías empezarlo todo de nuevo, ¿no? Desearías dar nacimiento a una nueva religión, una nueva revelación, una nueva ola de superstición, de sacrificio y de muerte.”

Finalizando:
Como será evidente en estas breves palabras la novela se ocupa de cuestiones muy interesantes y las trata con una buena profundidad. En lo personal me ha encantado y ha sido necesaria en este universo vampírico, impostergable. Estaban todos los elementos creados por la escritora quien ha sabido, en mi opinión, usarlos de manera magistral. He colocado en este análisis pocas frases, no porque falten, sino porque son demasiadas las que tienen un alto valor. Leer a Akasha es peligroso, sabe ser convincente al señalar el exterminio de la mitad de la población mundial, lo cual contribuye a crear de manera creíble ese perfil que hemos visto en líderes terribles a lo largo de nuestra historia como Hitler.

Altamente recomendable por sus trasfondos, solamente puedo criticar cierta falta de dinamismo en algunas situaciones, y quizás cierta prisa sobre el final que me pareció injustificado.




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