Sinopsis, La reina de los condenados:
Es la tercera entrega de la saga: Crónicas Vampíricas, en ella se retoman los eventos sucedidos en “Lestat el vampiro”, novela predecesora, en el correr del año 1984. Nuestro protagonista ha desencadenado el despertar de la madre primigenia: Akasha, el reencuentro forzoso de varios vampiros que hemos conocido a lo largo de los libros anteriores, incorporando además la profecía de dos gemelas hechiceras, una misteriosa organización de investigación paranormal y la primera generación de inmortales que por fin se da a conocer.
Sobre la autora:
Anne Rice nace en Nueva Orleans, Luisiana, Estados
Unidos en 1941.
Estudió en la Universidad Estatal de San Francisco donde se graduó en Filosofía y Letras, en la especialidad de Ciencias Políticas y Escritura Creativa.
Estudió en la Universidad Estatal de San Francisco donde se graduó en Filosofía y Letras, en la especialidad de Ciencias Políticas y Escritura Creativa.
Su carrera como escritora publicada comienza en 1965 pero no es hasta
1976 que obtiene el éxito, el reconocimiento y la atención del mundo literario
al publicar Entrevista con el vampiro, su primera novela de lo que ahora ya es
una de las sagas más famosas de todos los tiempos: Las crónicas vampíricas. Sin
embargo esta novela se encontraba escrita desde 1973 y fue la poca confianza de
la autora debido a problemas personales, entre ellos la pérdida de su primera
hija a causa de leucemia, y el alcoholismo en el que se vio arrastrada
posteriormente, lo que determinaron que dicha novela no viese la luz hasta 3 años
después. Tras su publicación se convirtió en un éxito así como los posteriores
títulos vinculados a la misma produciendo incluso una película.
Personajes everywhere:
Cuando realicé el análisis del primer libro lo comencé por los
personajes, soy nueva en esto de sentarme a redactar un análisis, reconstruir
la historia y tratar de ver en profundidad su trama, por lo cual me pareció un
buen punto de partida. Esta tarea ahora se vuelve titánica, de dimensiones
estratosféricas, me llevaría mucho más tiempo y esfuerzo del que soy capaz
explicar lo majestuoso de las construcciones que veremos en esta novela. Anne
Rice se ha lucido y demuestra con mucha soltura el poderío que tiene para
construir personalidades creíbles, siempre con un poco de romanticismo
característico de su prosa, pero absolutamente convincentes, interesantes. La
construcción de los personajes, sus vínculos e interacción es muy buena, y se
queda con un lugar destacado de esta narración. Nuevamente ellos son vehículos
excelentes para representar y comunicar profundas cuestiones existenciales y
filosóficas. Además si bien es Lestat el que reúne las narraciones, la historia
se va armando desde el punto de vista de cada personaje que nos muestra su
visión particular de los hechos hasta el esperado final en donde todo se reúne.
Esto nos permite acercamientos a personajes, incluso desconocidos hasta el
momento, muy enriquecedores para este universo vampírico. Si debo destacar
algunos, cuestión harto complicada, me quedaría con Akasha, Armand y Marius.
Estos dos últimos por la relación entre ambos y para con los demás, tanto
Armand con Daniel, como Marius con Pandora. Akasha se gana un lugar en mi
corazón por las profundas convicciones que mueven su accionar y como estás son
contrapuestas con las convicciones de los demás personajes.
Estúpida y sensual fama:
Uno de los primeros trasfondos que se hacen patente en esta novela es la
fama, el reconocimiento en oposición al anonimato. Esa temática mucho más
vigente hoy que al momento de publicación de la novela, en donde todos buscan
sus 15min de brillo, incluso hay pequeños famosos gracias a las redes sociales
o youtube. Lestat viene a encarnar este anhelo al no soportar pasar
desapercibido para el mundo.
“¡Pero es tan
doloroso retirarse de nuevo a las sombras!... Lestat, el impecable e indomable
gángster chupador de sangre, de nuevo al acecho de indefensos mortales que no
saben nada de los seres como yo. !Es tan hiriente ser de nuevo el intruso, siempre
al margen, luchando contra el bien y el mal en el antiquísimo infierno
particular del cuerpo y el alma.”
Los rostros de la divinidad:
Por supuesto está presente una vez más la problemática de lo divino, sin
embargo en esta novela se accede de otra manera, ya no como en Entrevista con
el vampiro en donde nuestro protagonista se arrastra por la duda, desde el
descreimiento a la decepción de saberse solo. Aquí se sabe que ese lugar, dado
a las deidades en todo el mundo, está vacante y puede ser ocupado por
cualquiera con la suficiente inteligencia para engañar a la masa de personas
desesperadas por la pobreza, por la enfermedad y la desesperanza.
Primero vemos a Lestat ocupar el lugar de ídolo moderno, siendo alabado,
amado y victoreado por el público que ha asistido a su espectáculo, que ha
comprado sus libros, sus discos, que lo venera como un dios moderno que no
impone leyes más allá del disfrute, un Dionisio actual.
Luego conocemos a Azim, el perverso dios borracho de codicia, que
engañaba a sus débiles fieles para entregar su vida, para ser un sacrificio en
nombre de la sagrada gula. El dios devorador, implacable y mezquino. El que no
da nada a cambio.
De alguna manera me ha parecido que la relación de Armand y Daniel
también esconde una representación sobre la divinidad, mucho más romántica y en
el opuesto total a Azim, Armand el dios bueno, hermoso, que le daba a Daniel
todo, incluso una isla entera para hacerlo vivir en el lujo desenfrenado de
poseer cuanto quisiera, convirtiéndolo en su amante, en el poseedor del pequeño
secreto entre ambos.
Las hechiceras también son otra versión de la divinidad, no como
personificación sino como comunicadoras entre los dioses y los humanos. Son
benefactoras, sienten empatía por las necesidades humanas y guían a los dioses
para atenderlas, como en el caso de la lluvia cuando las temporadas de sequía.
Son ellas las que tienen el conocimiento, el acceso a los dioses, y que además,
saben lo imperfectos y limitados que estos son.
Y por supuesto Akasha, que ya era venerada como una diosa en la tierra
incluso antes de convertirse en vampiro, en una verdadera super natural. Se
presenta con todo el egoísmo que pueda poseer alguien a quien, por su posición,
jamás se le ha negado ni contradicho en ningún sentido, quien no ha podido
contrastar con honestidad sus opiniones con los demás, el egoísmo típico de
alguien que no conoce límites y ve a todos como de su propiedad. En ella se
reúnen ingredientes que históricamente han devenido en terribles guerras, tiene
el perfil de una líder dictatorial: ha decidido que su pueblo serán los
desposeídos, fáciles de manipular y sin nada que perder, dirigirá su odio hacia
el género masculino y ellos encarnaran al culpable de la debacle del mundo, la
heroicidad será de la mujer que no los necesita y ha vivido subyugada. Y en
nombre de la pobreza y de la guerra, hará que estalle la violencia y se maten
unos a otros para instaurar un mundo verdaderamente justo, un mundo desde cero
en el que ella tendrá las respuestas y será la diosa en la tierra una vez más.
La propuesta de Akasha está inspirada en la mitología de las Amazonas que
plantearon los griegos (hoy la podemos tildar de feminazi jaja)
La imperfecta modernidad:
Estas versiones de la divinidad, vigentes hoy a lo largo y ancho de nuestro
mundo, se contrastan con la modernidad que es reconocida por nuestros
personajes que detectan como los adelantos tecnológicos han sido acompañados
por adelantos en el pensamiento, en revoluciones que han posibilitado que la
vida humana tengo hoy mucho más valor del que tuvo antiguamente. Sin embargo
debemos reconocer que pese a todos sus avances, aún así las palabras de Akasha
nos duelen por saberlas ciertas, implacables, por no tener respuestas fáciles a
ellas:
“¿Quieres que te
recite los nombres como un poema?-interrogó-. Calcuta, si lo deseas, o Etipia;
o las calles de Bombay; esas pobres almas podría ser campesinos de Sri Lanka; o
de Pakistan; o de Nicaragua o de El Salvador. No importa lo que es; lo que importa
es cuánto hay; lo que importa es que, por todas partes, alrededor de los oasis
de vuestras rutilantes ciudades occidentales, existe; ¡es tres cuartas partes
del mundo! Abre los oídos, querido; escucha sus plegarias; escucha el silencio
de los que han aprendido a rezar para nada. Porque nada ha sido siempre su
parte, sea cual sea el nombre de su nación, de su ciudad, de su tribu.”
A esto responde Maharet:
“(...) ¿No te
das cuenta? No es el hombre el enemigo de la especie humana. Es lo irracional;
es lo espiritual cuando está divorciado de lo material, cuando está divorciado
de la realidad de un corazón palpitante o de una vena sangrante. (...)
Desearías empezarlo todo de nuevo, ¿no? Desearías dar nacimiento a una nueva
religión, una nueva revelación, una nueva ola de superstición, de sacrificio y
de muerte.”
Finalizando:
Como será evidente en estas breves palabras la novela se ocupa de
cuestiones muy interesantes y las trata con una buena profundidad. En lo
personal me ha encantado y ha sido necesaria en este universo vampírico,
impostergable. Estaban todos los elementos creados por la escritora quien ha
sabido, en mi opinión, usarlos de manera magistral. He colocado en este
análisis pocas frases, no porque falten, sino porque son demasiadas las que tienen
un alto valor. Leer a Akasha es peligroso, sabe ser convincente al señalar el
exterminio de la mitad de la población mundial, lo cual contribuye a crear de
manera creíble ese perfil que hemos visto en líderes terribles a lo largo de
nuestra historia como Hitler.
Altamente recomendable por sus trasfondos, solamente puedo criticar
cierta falta de dinamismo en algunas situaciones, y quizás cierta prisa sobre
el final que me pareció injustificado.
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